Lecturas del IV Domingo de Cuaresma (2008)

Primera Lectura del primer libro de Samuel 16, lb. 6-7. 10-13a
David es ungido rey de Israel

En aquellos días, el Señor dijo a Samuel:-«Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.»

Cuando llegó, vio a Elías y pensó:-«Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.»

Pero el Señor le dijo:-«No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.»

Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo:-«Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.»Luego preguntó a Jesé:-«¿Se acabaron los muchachos?» Jesé respondió:-«Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.» Samuel dijo: -«Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue. » Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo.

Entonces el Señor dijo a Samuel: _«Anda, úngelo, porque es éste.» Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante.
Palabra de Dios.


Salmo responsorial Sal 22, lJa. 3b-4. 5. 6

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R'.

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.


Segunda Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 8-14
Levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz

Hermanos:En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor.Caminad como hijos de la luz -toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz-, buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien denunciadlas.Pues hasta da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas.Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz. Por eso dice:«Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz.»
Palabra de Dios.


+ Lectura del santo evangelio según san Juan 9, 1-41
Fue, se lavó, y, volvió con vista

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron:

-«Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?»
Jesús contestó:
-«Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios. Mientras es de día, tenemos que hacer las obras del que me ha enviado; viene la noche, y nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.»
Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:
Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).»
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban:
-«¿No es ése el que se sentaba a pedir?»
Unos decían:
-«El mismo.»
Otros decían:
-«No es él, pero se le parece.»
Él respondía:
-«Soy yo.»
Y le preguntaban:
-«¿Y cómo se te han abierto los ojos?»
Él contestó:
-«Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuese a Siloé y que me lavase. Entonces fui, me lavé, y empecé a ver. »
Le preguntaron:
-«¿Dónde está él?»
Contestó:
-«No sé.»
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó:
-«Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo.»
Algunos de los fariseos comentaban:
-«Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.»
Otros replicaban:
-«¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?» Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego:
-«Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?»
Él contestó:
-«Que es un profeta.»
Pero los judíos no se creyeron que aquél había sido ciego y había recibido la vista, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron:
-«¿Es éste vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?»
Sus padres contestaron:
-«Sabernos que éste es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora, no lo sabemos nosotros, y quién le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, que es mayor y puede explicarse. » Sus padres respondieron así porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya habían acordado excluir de la sinagoga a quien reconociera a Jesús por Mesías. Por eso sus padres dijeron: «Ya es mayor, preguntádselo a él.» Llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron:
-«Confiésalo ante Dios: nosotros sabemos que ese hombre es un pecador. »
Contestó él:
-« Si es un pecador, no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo.»
Le preguntan de nuevo:
-¿«Qué te hizo, cómo te abrió los ojos?»
Les contestó:
-«Os lo he dicho ya, y no me habéis hecho caso; ¿para qué queréis oírlo otra vez?; ¿también vosotros queréis haceros discípulos suyos? »
Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron:
-«Discípulo de ése lo serás tú; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ése no sabemos de dónde viene.»
Replicó él:
-«Pues eso es lo raro: que vosotros no sabéis de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es religioso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un ciego de nacimiento; si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder.»
Le replicaron:
-«Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?» Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:
-«¿Crees tú en el Hijo del hombre?»
Él contestó:-«¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»
Jesús le dijo:
-«Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.»
Él dijo:-«Creo, Señor.»Y se postró ante él.
Jesús añadió:
-«Para un juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven vean, y los que ven queden ciegos.»
Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le preguntaron: -«¿También nosotros estamos ciegos?»
Jesús les contestó:
-«Si estuvierais ciegos, no tendríais pecado, pero como decís que veis, vuestro pecado persiste.»
Palabra de Dios.

Lecturas del III Domingo de Cuaresma (2008)

Primera Lectura del Libro del Éxodo 17,3-7
Danos agua de beber

En aquellos días, el pueblo, torturado por la sed, murmuró contra Moisés:
-«¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?»
Clamó Moisés al Señor y dijo:
-«¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen. »
Respondió el Señor a Moisés:-«Preséntate al pueblo llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el río, y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo.»
Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. Y puso por nombre a aquel lugar Masa y Meribá, por la reyerta de los hijos de Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo:-«¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:«No endurezcáis vuestro corazón.»

Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R.

Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R.

Segunda Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-2. 5-8
El amor ha sido derramado en nosotros con el Espíritu que se nos ha dado

Hermanos:Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. En efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.

Palabra de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Juan 4, 5-42
Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob.
Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice:-«Dame de beber.»Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.
La samaritana le dice:-«¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? » Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó:-«Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice:-«Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó:-«El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice:-«Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla.»
Él le dice:-«Anda, llama a tu marido y vuelve.»
La mujer le contesta:-«No tengo marido.»
Jesús le dice:-«Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad.»
La mujer le dice:-«Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.»
Jesús le dice:-«Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte nien Jerusalén daréis * culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que noconocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»
La mujer le dice:-«Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo. »
Jesús le dice:-«Soy yo, el que habla contigo.»
En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué le hablas?»
La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente:-«Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿será éste el Mesías?» Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él. Mientras tanto sus discípulos le insistían:-«Maestro, come.»Él les dijo:-«Yo tengo por comida un alimento que vosotros no conocéis.»Los discípulos comentaban entre ellos:-«¿Le habrá traído alguien de comer?» Jesús les dice:-«Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. ¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo os digo esto: Levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y así, se alegran lo mismo sembrador y segador. Con todo, tiene razón el proverbio: Uno siembra y otro siega. Yo os envié a segar lo que no habéis sudado. Otros sudaron, y vosotros recogéis el fruto de sus sudores.»
En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él por el testimonio que había dado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho.» Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: -«Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»

Palabra del Señor

Lecturas del II Domingo de Cuaresma (2008)

Primera Lectura del libro del Génesis 12, 1-4a
Vocación de Abrahamn, padre de] pueblo de Dios

En aquellos días, el Señor dijo a Abrahám:-«Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré.Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición.Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.»Abraham marchó, como le había dicho el Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 (R.: 22)
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.


Segunda Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 8b-10
Dios nos llama y nos ilumina

Querido hermano:Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio.

Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Mateo 17, 1-9

Su rostro resplandecía como el sol

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta.Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:-«Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:-«Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.»Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:-«Levantaos, no temáis.»Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»

Palabra de Dios.

Construyamos Juntos la Homilía Dominical

El contenido de la Biblia es para el cristiano Palabra de Dios, en sus páginas encontramos no sólo la historia de salvación del pueblo de Israel, el pueblo escogido por Dios, sino también a Dios que guía y acompaña la historia de la humanidad. Al estar Dios acompañando la historia de sus hijos, la Biblia escrita hace más de dos mil año, contiene el mensaje de salvación vigente que iluminando el caminar de lo Hijos de Dios en el hoy de nuestra tiempo. Sin embargo, este mensaje que inspira la vida de los creyente, necesita ser interpretado en su sentido y contextualizado a nuestras necesidades, búsquedas y circunstancias.

En la Eucaristía dominical se proclama solemnemente la Palabra de Dios. Ella llega a nosotros como alimento espiritual que fortalece nuestra vida, orienta nuestros pasos, en otras palabras ilumina nuestra existencia, pues deja expuesto los secretos de nuestro corazón, para que al confrontarla con la Verdad divina revelada, podamos crecer en el esplendor con el cual hemos sido amados por Dios desde la eternidad.

La homilía es ese momento en el cual se interpreta y se contextualiza el mensaje divino. En ella el Sacerdote comparte con la asamblea la Palabra de Dios para ésta ilumine el peregrinar del cristiano. Con mucha frecuencia este momento reflexivo es unidireccional es decir, el sacerdote se convierte en el único interlocutor autorizado para interpretar la Palabra de Dios. Esta situación deja a la comunidad cristiana como mero receptor de un mensaje, cuya receptividad estará supeditada a los talentos del predicador. Esto, en muchas ocasiones dificulta que la Palabra de Dios sea la protagonista de la gracia. Hoy día, en muchas parroquias se esta instituyendo con timidez la homilía dialogada con la participación de la asamblea. Esta homilía dialogada encuentra fundamentalmente dos dificultades: la primera, el tiempo, ya que generalmente una reflexión planteada con la participación de la asamblea se extiende y se difumina el mensaje central de la Palabra de Dios. La segunda dificulta está dada, en la limitada participación de los fieles, pues para una gran parte de ellos esto les resulta incomodo o el tiempo no permite que se puedan exponer apropiadamente el punto de vista de los participantes; por lo cual, a veces esta homilía participada se queda en simplemente una especie de interrogatorio. Estas dificultades impiden que la palabra de Dios encuentre significado en la vida personal del creyente que participa de la eucaristía, por tal motivo, aun con la sensación acercamiento del sacerdote a la comunidad, que da la homilía participada, el mensaje de Dios no llega con la profundidad iluminadora con que podría tocar el corazón de los hombres.

En nuestra parroquia hemos acogido la homilía participada como modo de compartir en comunidad la Palabra de Dios proclamada, sin embargo, estamos sujetos a las limitaciones antes descritas. Por eso, ahora queremos no sólo compartir la Palabra de Dios los domingos a través de la homilía, sino que como comunidad cristiana que va madurando en su fe, te proponemos, construir juntos la interpretación de la Palabra de Dios que proclamamos los domingos en la misa. Te ofrecemos este espacio, para que tu también seas quien ayude a que la homilía del domingo tenga significado en tu vida, que pueda satisfacer tus expectativas y responder a tus necesidades, en otras palabras que encuentre un contexto real al cual la Palabra de Dios va a llenar de luz, y te sientas realmente impactado, interpelado y motivado para hacer presente en tu día a día el Mensaje de Dios que domingo a domingo compartimos en la parroquia.

En esta página de la Parroquia Sagrada Familia, creamos un espacio de participación para que tú puedas exponer con holgura tu interpretación de la Palabra de Dios. Por eso, semanalmente estarán, en este espacio, las lecturas del domingo siguiente, por ejemplo, hoy lunes 4 de febrero de 2008, abrimos esta sección con las lecturas que serán proclamadas el domingo 10 de febrero de 2008.

En esta página, al final de cada artículo aparece la siguiente información: Publicado por Párroco en 12/12/2007 01:47:00 AM 0 comentarios; haz clic en la palabra comentarios y aparecerá un recuadro en donde podrás dejar tu opinión, reflexión o sugerencias de interpretación de las lecturas de la Palabra de Dios.

Te invitamos a que nos ayudes, para que la Palabra de Dios, vuelva a tener en nosotros el mismo impacto que tuvo en el corazón de quienes la recibieron originalmente.

Lecturas del I Domingo de Cuaresma (2008)

Primera Lectura: Génesis 2,7-9; 3,1-7
"Creación y pecado de los primeros padres"

El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo. El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.

La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: "¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardín?" La mujer respondió a la serpiente: "Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: "No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte."" La serpiente replicó a la mujer: "No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y del mal."

La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable, porque daba inteligencia; tomó el fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

Salmo Responsorial: 50
"Misericordia, Señor: hemos pecado"

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. R.

Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. R.

Segunda Lectura: De la Carta de Apostól San Pablo a los Romanos 5,12-19
"Si creció el pecado, más abundante fue la gracia"

Hermanos: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por que todos pecaron.

[Porque, aunque antes de la Ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que había de venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud. Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: el proceso, a partir de un solo delito, acabó en sentencia condenatoria, mientras la gracia, a partir de una multitud de delitos, acaba en sentencia absolutoria.]

Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación. En resumen: si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convertieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.

Evangelio: Del Evangelio según San Mateo 4,1-11
"Jesús ayuna cuarenta días y es tentado"

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes." Pero él le contestó, diciendo: "Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.""

Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: "Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."" Jesús le dijo: "También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios.""

Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: "Todo esto te daré, si te postras y me adoras." Entonces le dijo Jesús: "Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto.""

Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.

PARROQUIA ECLESIÁSTICA "SAGRADA FAMILIA"

PARROQUIA ECLESIÁSTICA "SAGRADA FAMILIA"
Valera Estado Trujillo. Venezuela